Es uno de esos libros que te gustan por ser una amante de su trama geográfica. Egipto, la antigüa Egipto, el lugar de las pirámides, las maldiciones y los faraones que tanto prendan de misterio es un tema que a mí -personalmente- siempre me ha deleitado.

Este libro conserva unas raíces de novela aventuresca muy propia, con un guión rápido y unos sucesos que van pasando a veces sin darte cuenta, como si el escritor no supiera bien qué hacer con ese diálogo que empleó para dar mayor fuerza al capítulo, o con esa persona que ya no encaja en sus planes y tiene que sacarlo fuera. No obstante, todos los capítulos (incluso algunos de ellos íntegramente) se versan en describir el ambiente, en ennoblecer la ardua labor de documentación que su escritor ha llevado a cabo dejando aquí su impronta más visible y tratada, todo un compendio de la egipto de la XVIII dinastía que os aseguro, hará las delicias de los curiosos que les guste ese mundo.