Si bien la novela puede llegar a ser la "típica" novela negra descrita en los manuales, con escenas oscuras y diálogos que se guían por el manual conocido en el género, su trama pasa a un segundo plano a favor de las descripciones de los protagonistas, que dejan de ser personas anónimas para convertirse en identidades personificables. Podemos dibujarlos en nuestra mente, ver cómo viven, sus tristezas y las losas que acarrean día a día, sus fantasías, sus temores...
Su lectura se hace ociosa y afanosa, con ganas de devorar realmente cada capítulo. Eso sí... te debe gustar este género.