Otra novela de abogados, de un estilo especialmente sencillo. Grisham se está volviendo menos opaco y misterioso, y más comprometido y "denunciante". Su simplicidad y falta de misterio tal vez se deba a que quiere que, con una claridad meridiana, todo el mundo sea capaz de percibir la gran corrupción a la que está sometida el sistema, que hace aguas por todos lados.

Y es cierto, la historia que cuenta bien puede haber sucedido una y mil veces.

Nada más actual que la historia: ¿está en venta la justicia, es imparcial...? ¿Son efectivos los mecanismos de control a los que están sujetos los tres poderes? ¿Y son realmente tres poderes o al final todo se confunde en uno solo, pese a lo que aparente o lo que diga la constitución, las leyes, etc.?