A menudo sucede que la música se asocia con la historia, y si nos gustó la película, nos agrada la banda sonora puesto que nos recuerda a ella.
Este es un claro ejemplo de cómo separar ambas. La película, un desperdicio de nombres y un protagonista no creíble, donde los haya, es muy inferior a la calidad de su música.
Esta composición de Vangelis es grandiosa, de las mejores que tiene junto con 1492 The Conquest Of Paradise, Chariots of Fire o Opera Sauvage-este último no es banda sonora-.