Amor imposible (II)
4.-¿Los libros o la realidad?
-La oscuridad oculto a caballo, semielfo y doncella, jamás en la vida Silvara se había sentido tan a gusto en la oscuridad, al contrario la había temido pues fantasmas y monstruos de todos los tipos la acechaban y atacaban. Era por eso por lo que por las noches sus fieles criados se quedaban cerca de ella hasta que cerraba los ojos y se entregaba al dulce y reparador sueño. Pero esa noche….esa noche era diferente, gracias a la presencia de aquel ser, aquel ser, aquel ser salido de los libros que devoraba una y otra vez en esa basta biblioteca.
-La luz de luna se dejaba entrever de vez en cuando entre los árboles, el caballo no dejaba de jadear, estaba cansado, todos lo estaban….la muchacha se arrebujo en el cuerpo de su compañero, de nuevo ese olor que tanto la cautivo en la tienda, el olor de su salvador.
Una cueva-dijo la muchacha-podíamos pasar a descansar Dalamar.
Si…-dijo el semielfo tocándose el lugar donde había sentido el impacto al huir del campamento-pero deberíamos de asegurarnos de que ningún animal habita en su interior.
-El semielfo desmonto del caballo y ayudo a su acompañante a bajar, en ese momento sintió un pinchazo y un dolor horrible en su zona lumbar, que casi hace que los dos caigan al suelo cubierto por hojas.
Por todos los dioses-dijo Dalamar tocándose su camisa y sintiendo que un liquido recorría la palma de su mano, se lo llevo a los labios y….lo que se temía sangre, gracias a los dioses que la muchacha no podría verlo- debía de inspeccionar la cueva antes de que se desmayara.
-Dalamar sentía como las fuerzas le abandonaban veía todo borroso, lo único que le hacia seguir adelante era esa sonrisa, aquella sonrisa que le había roto todos los esquemas en aquella mansión, esa sonrisa que le había echo ir en contra de los que creía sus amigos, esa sonrisa fue la que le dio fuerzas para pasar a la cueva y gracias a su visión de elfo poder comprobar su había algún tipo de peligro o no.
-Dejo a Silvara con el equino y se introdujo poco a poco a la cueva, no era muy amplia y gracias a los dioses no tenia restos ni de pillajes, ni de cadáveres ya fueran humanos o de animales y lo que mas le alegro era demasiado pequeña para albergar a uno de esos temibles osos del bosque. Volvió a salir al exterior y con un gesto hizo que Sivara se acercara con el caballo.
Debemos de acoplarnos los tres en el interior-dijo con un hilo de voz.
Lo se, he leído en libros que ….-dijo ella.
Silvara escúchame-dijo agarrándola de las manos-me han herido, tengo algo en mi espalda, he perdido mucha sangre….te vas a quedar sola durante un tiempo…deberás de…-antes de decir nada mas se desplomo en los brazos de la chica.
Eres como los ellos Dalamar, crees que leer libros no ayuda….y no es así, te lo demostrare-dijo la muchacha, después de esto en el suelo de la cueva preparo un colchón de hojas donde tumbo al inconsciente semielfo y se preparo para ir a recoger algo de leña para hacer un buen fuego.
Ven pequeño-le dijo al equino acariciándole el morro, y le introdujo en la cueva-debo de ir a buscar unas hierbas ¿cuidaras de el?-le pregunto acercando su cabeza a la del caballo, como respuesta recibió un suave relincho y un ligero golpe de su gran cabeza contra la de la muchacha.
Silvara echo una ultima mirada a su salvador y sonrió- “el salvador se convierte en el que debe de ser salvado” –diciendo esto se agacho beso la frente del semielfo y desenfundo su espada- me ara falta para poder cortar la leña o…defenderme.
-Con la espada en su mano diestra se interno en el bosque, sabia que no debía de alejarse mucho o se extraviaría, se acerco al primer árbol que encontró y comenzó a podar las ramas mas bajas y a la vez comenzó a recoger algunas ramas secas que se encontraba en el suelo desperdigadas.
-La noche se fue cerrando mas y mas y ya ni la luna podía divisarse entre los claros que se hacían entre las copas de los frondosos árboles, el silencio fue roto por un aullido, algo que helo la sangre a la joven muchacha, acelero el ritmo debía de volver pronto a la cueva y encender el fuego ….había leído que los lobos y el fuego se llevan mal, pero esto no era un libro era real…dependían de ella para sobrevivir y jamás había salido de casa, jamás había abandonado la protección de aquel lugar, la seguridad de sus muros o el saber que los guardias y criados cuidarían de ella…..por primera vez sintió el miedo en todo su esplendor.
-Pero no era aquel miedo a monstruos y seres de pesadillas, era un miedo mucho mayor, un estremecimiento que la recorría todo el cuerpo desde la punta de los dedos de los pies hasta el ultimo de sus cabellos color caoba, un sudor frió la recorrió la espina dorsal, necesitaba a su guardia, necesitaba a esos criados aunque fanfarrones eficientes y necesitaba a ese ser que había aparecido esa misma noche en su biblioteca, ese ser que le había echo ver que no todo lo que se leía en los libros era ficción, pero como lo bueno se hace real, es decir como los elfos, los enanos y seres maravillosos de sueños existen también han de existir los seres de pesadilla….
No puedo rendirme-se dijo así misma apretándose contra la espada y las ramas recogidas-no puedo dejarme morir, debo demostrarle que los libros ayudan.
-Se encamino a paso firme hacia la cueva donde había dejado al semielfo tumbado en el colchón de hojas secas y con unas piedras creo que circulo donde encendería la hoguera, para acto seguido colocar las ramas en el centro.
¿Cómo encendería el fuego? Por todos los dioses….no sabia como hacerlo-empezó a desesperarse y se acerco al semielfo- ¡!!!!!Despierta!!!!!!-y comenzó a moverle, de tanto zarandearle de uno de sus bolsillos cayeron dos objetos, uno parecido a una aceitera pequeña y otro con forma cuadrada.
La muchacha vertió algo de ese liquido en su mano y se lo llevo a los labios, ¡!!aceite!!!-exclamo sonriendo y abrazo al semielfo- y esto será….-comenzó a tocar el objeto cuadrado y de el salio una pequeña llama-lo sabia, lo sabia –miro al cielo y dio gracias a los dioses al haber obrado ese milagro.
-Encendió el fuego y se preparo para y gracias a sus libros, poner a Dalamar unas plantas en la herida, pero primero debería de sacar esa flecha y para eso debería de quitarle la camisa al semielfo, se acerco lentamente a el, sudaba pero a la vez tiritaba, la fiebre se hacia presa de el, debía actuar rápido.
-Le coloco boca abajo, y le quito la camisa, un pequeño astil de madera se veía salir de la zona lumbar del semielfo, la parte mas larga se debería de haber roto en la cabalgada nocturna, la muchacha se acerco al fuego debía de haber alguna….
Ahh ay estas-dijo señalando a las alforjas que pendían del caballo, de uno de esos sacos, saco una pequeña daga- ahora debo de meterla en la hoguera para que después de sacar la flecha corte la hemorragia.
Esto te va a doler Dalamar-le susurro a una de sus preciosas orejas picudas y le beso en la frente, ella como respuesta recibió un suave quejido.
-Introdujo la daga en el fuego y con mucho cuidado tanteo la herida del semielfo y agarro el mástil de la flecha, cerro los ojos y tiro…el alarido de Dalamar se podía haber oído en todo el bosque, pero fue un grito mudo…solamente Silvara vio la cara de dolor que puso el semielfo, solamente Silvara vio como las lagrimas caían por aquellos ojos almendrados y solamente Silvara se unió a aquel llanto mudo. Rápidamente saco la daga del fuego y la coloco en la herida para que esta dejara de sangrar y cicatrizara lo antes posible.
-Pero unos ruidos en el exterior de la cueva la hicieron de impulsarse como un muelle y dejar a Dalamar con la daga colocada en su espalada, unos ruidos de pisadas, unos ruidos que no la gustaban nada de nada, se fue hacia el rincón donde había dejado la espada de Dalamar y se acerco a retirar la daga de la espalada de Dalamar y colocársela en su espalada, el ardor la hizo soltar unas lagrimas pero sabia que ese arma le podía salvar la vida…
5.-No todo es la fuerza bruta.
-A la cueva entraron tres hombres, uno de ellos con una suela de una bota en la cara, eran ellos, los compinches de ese tal Haron, no podía ser…los habían encontrado….
Oh pobre pobre niña-dijo el hombre que llevaba la bota en la cara.
¿Qué aremos con ella?-dijo otro que no hacia mas que mirarla de arriba abajo con los ojos llenos deseo.
Yo creo que podríamos divertirnos un poco antes de llevarla ante Haron-dijo el tercero.
Silvara se levanto y interpuso entre ellos y su persona la espada- atreveros a dar un paso mas-dijo con una voz lo mas desafiante posible.
Jajajaja-rieron los tres al unísono- acaso ¿sabes manejar la espada muchacha? O ¿espera que esa rata te ayude?
Yo creo que no Igor, tu flecha le ha dejado fuera de combate, si no esta muerto-dijo el mas horrible de los tres, era casi tan feo como un troll aquellos seres con los que Silvara tenia pesadillas, era grande como una estatua y en su cara no se apreciaban rasgos de compasión, un parche tapaba uno de sus ojos y al sonreír se podía ver que le faltaba mas de un diente.
El mastodonte alargo el brazo para intentar agarrarla y se llevo una desagradable sorpresa, una ágil tajo le hizo una pequeña herida, que fue pequeña gracias a la agilidad que demostró el atacante apartando el brazo- maldita seas muchacha-grito el hombretón.
-Esto hizo que los hombres pensaran una estrategia para atrapar a aquella muchacha, el mastodonte paso por el lado del caballo, el joven con los ojos de deseo, sin dejar de mirarla sobre todo la parte en la que la tela dejaba ver un poco de su pecho se coloco en la puerta y el llamado Igor se acerco por el otro lado.
-El silencio era absoluto en la cueva, hasta que un relincho lo hizo acabar de repente, después de ese relincho un grito, el del joven de la puerta de la cueva, que salio disparado de la cueva gracias a una coz del equino.
El mastodonte se acerco al caballo- que todos los dioses te maldigan-y levantando la espada se dispuso a darle el golpe de gracia.
La muchacha al ver esto enarbolo la espada y atravesó de parte a parte al mastodonte, que ridículamente se dio la vuelta para mirar a la muchacha y proferir- una cría….he sido vencido por una…-y callo al suelo dejándolo lleno de sangre.
Ahora somos tu y yo preciosa fierecilla-dijo Igor- ven a jugar con Igor.
Silvara vio como la espada caía apresada bajo el corpachon del mastodonte y se pego contra la pared de la cueva- pero ¿Por qué , porque no nos dejáis en paz?
Por qué ese engendro, esa cosa mitad elfo mitad humano a herido a nuestro líder, por salvarte la vida a ti….y eso no es precisamente un caballero es un no querido en la tierra.
Un no querido lo serás tu-le dijo la muchacha- el ha demostrado mucho mas valor que tu, que tienes que venir con dos hombres y aun así no vas a conseguir nada.
¿Y quien me lo impedirá? Tu sin ningún arma, o tu salvador el caballo o mejor mejo-dijo riéndose- el semielfo que esta tumbado en ese colchón de hojas secas.
La muchacha se lanzo sobre el y araño su cara con sus uñas, el bandido grito de dolor y la tiro junto al colchón- maldita seas, mi cara, mi cara…-grito.
Silvara despacio introdujo su mano en la espalda y agarro la daga- no ha sido una gran perdida-dijo la muchacha- seguramente no habrás conquistado a ninguna mujer nada mas que por la fuerza.
Con que por la fuerza ¿eh?, vemos si te gusta ser tomada por la fuerza- tiro la espada y se desabrocho el cinturón- vas a saber lo que es ser tomada por la fuerza.
Y se lanzo sobre la muchacha, esta saco la daga en el mismo instante en el que el hombre se ensartaba en ella, la daga atravesó el pecho Igor y este cayo encima de ella- tu eres el que vas a saber lo que es ser forzado-dijo sonriendo y quitándosele de encima.
6.- El amanecer, trae esperanzas.
-El Sol comenzaba a salir en el horizonte, los primeros rayos iluminaban ya la cueva, los cadáveres de los dos bandidos seguían allí y Silvara estaba al lado de Dalamar, al que ya había vendado el costado con unas hierbas medicinales.
Debía de funcionar-pensó la muchacha- no la podía dejar sola en ese bosque-miro a un lado y vio a ese mastodonte atravesado por la espada de Dalamar y en el otro a Igor con el pantalón hasta las rodillas y la daga atravesándole el pecho.
La impotencia y todo lo que había vivido aquella noche se hicieron presa de sus ánimos y comenzó a sollozar-no puedes dejarme sola Dalamar, no ahora….teníais razón, se que la teníais en los libros todo es ficción pero esto-dijo señalando a la cueva-esto es real y estoy sola….no quiero estar sola me entiendes-dijo golpeándole el pecho al semielfo.
Unos dedos comenzaron a acariciarla el cabello, la muchacha se dejo acariciar, esos dedos…esos dedos…, de un salto se puso en pie- estas consciente-dijo ella.
Si, Silvara,…lo has hecho muy bien-dijo este .
Ella sonrió y le abrazo- creí que te había perdido.
Otra vez esa sonrisa, esa bendita sonrisa, que destruida todos sus esquemas, que le hacia ser capaz de cualquier cosa, el le devolvió la sonrisa o por lo menos lo intento- debemos de ir a mi antigua ciudad, aquí no estamos seguros-dijo el semielfo e intento ponerse en pie, poco tiempo duro, pues nada mas apoyar la mano para levantarse callo como un fardo al suelo.
¿Estas loco?-le dijo la muchacha-la próxima vez te pegare una patada en la herida para que te lo pienses dos veces-le dijo mirándole con cara de preocupación.
Debemos de partir, cerca de aquí hay una pequeña ciudad elfica-dijo mirando a la muchacha.
¿Elfos?¿veré elfos?-dijo ella y los ojos se le iluminaron como dos estrellas del firmamento.
Si nos dejan pasar si-dijo el-pero no tenemos otra opción, aunque tu vendaje es bueno-dijo sonriéndola- no lo curara del todo, necesito magia elfica y mi madre era…bueno es una gran druida.
¿Cómo are para subirte al caballo?-dijo ella- no podré con tu peso.
Eso déjalo de mi cuenta Átaremma i ëa han ëa na aire esselya –le dijo al caballo- este acerco su cuello a el y el semielfo agarro la crin con fuerza- aranielya na tuluva- después de decir esto el equino se levanto y al semielfo con el- ahora deberá ayudarme a montar Silvara, lo mas difícil que era ponerme en pie ya esta echo.
-El semielfo levanto una pierna e intento saltar pero el dolor de la espalda se lo impidió, la muchacha se acerco a el y en el segundo salto le empujo hacia arriba, esto hizo que una de las piernas sobrepasara al caballo y se quedara encima de el tumbado. Silvara sonrió al ver que el semielfo había conseguido subir y le miro el vendaje, parecía ser que todo aquel ajetreo no le había abierto la herida.
-Se acerco al mastodonte y de un tiron limpio le saco la espada y la limpio en su camisa ya sucia de por si, se acerco a Igor y mirándole con cara de asco le saco la daga e hizo la misma operación que hizo con la espada. Las dos armas al menos estaban limpias y se las tendió al semielfo.
Este sonrió- quédatelas tu por ahora, yo seria como un niño con ellas, no sabría como utilizarlas y seria mas una amenaza que un aliado.
Silvara dio gracias a los dioses por haber salido vivos los dos de esa noche y comenzó a caminar fuera de la cueva, donde encontró el cuerpo sin vida del joven que la miraba con ojos de deseo, y recordó que llevaba uno de sus pechos casi al descubierto- Dalamar….puedo usar tu camisa para….
El semielfo se la tendió mirándola a los ojos- no tenias ni que haberla pedido.
La muchacha se puso la camisa y aspiro el aroma del semielfo, se dejo envolver por aquel aroma, se dejo llevar a cuando se abrazo a el en la tienda de Haron y se sintió como un pájaro que se deja llevar por las corrientes de aire- ¿Silvara?-dijo Dalamar.
¿Si?-dijo ella con una sonrisa de oreja de a oreja.
Es por allí-dijo señalando hacia el lado contrario por el que partían.
Esta se sonrojo y dio la vuelta al equino y comenzaron a andar por la floresta- lo siento.
Veo que has estado ocupada en mi ausencia… cuéntame que paso-dijo el semielfo mirándola y sonriéndola calidamente.
-La muchacha comenzó a contarle lo sucedido a Dalamar y las palabras se perdieron en el bosque. Ahora solo quedaba encontrar aquel lugar en el que había elfos, aquel lugar donde Dalamar seria curado, aquel lugar donde Silvara podría ver a esas criaturas de sueños.
-Había pasado de la peor de sus pesadillas a un amanecer que se poblaba de sueños y de todo corazón esperaba que esos sueños se hicieran realidad. Como decían algunos de sus libros “después de la tempestad siempre llega la calma”, al final alguna de las cosas que salían en sus libros podrían ser reales. Tal vez….entre ella y el semielfo se estuviera dando una historia que mereciera la pena escribir para que los locos de la lectura como lo era ella pudieran vivir los que ellos estaban viviendo ahora.
Comentarios de los pobladores
Escrito el 06/07/2006
Archimago (7193 PGS)
Golden Sword TM
Mensajes: 1754
Administrador
La historia de amor entre Silvara y Dalamar comienza a ser cada vez más cercana y real. Sobre esta continuación decirte que has seguido muy bien el hilo argumental inicial, cambiando de escenarios pero sin romper la trama originaria, más aún, has introducido nuevas huellas. La escena de la biblioteca me ha resultado bastante grata, aunque la de la cabalgadura un poco lentita. Sea como sea, este amor imposible, tengo esperanzas de que germine ;)
Escrito el 06/07/2006
Toda una historia de amor narrada de forma muy propia por tu parte. Veo como las tildes ya no son problema, lo que refleja que has mejorado, y eso es bueno, y merece una nota igual de alta. Felicidades, la historia promete ser romántica y que a más de uno le dejará pegado a su historia.
Escrito el 07/07/2006
Muy bien, las faltas casi han hecho acto de desaparición, al menos las más duras. La historia a girado varias veces entorno a ese amor complicado pero necesitado entre el semielfo y su compañera, y lo ha hecho de forma sobría y apacible, con gusto para la lectura. Me ha gustado mucho apreciar tu mejora de la primera parte a la segunda, como camus.
Escrito el 10/07/2006
Lo dicho en la parte anterior: divertida tu historia, y con ganas de leer más. También aplaudo tu mejoría en la ortografía.
Escrito el 16/08/2006
Me dejas en ascuas... y mira que noquería leer mucho yo hoy eh?? Voy a por la tercera parte, que veo que está publicada!. Muy buena consecución de la historia, por cierto.
Escrito el 31/08/2006
Hidalgo (1101 PGS)
Aventurero Solitario
Se aprecian mejorías en la composición del relato. Veamos esa tercera parte...
Escrito el 06/09/2006
Exploradora (1059 PGS)
Aventurero Solitario
Me ha gustado mucho más esta continuación. Creo que está más conseguida y más emocionante.
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