Amor imposible (III)
7.- Confesiones e historias delante de la hoguera.
El Sol comenzaba a ocultarse cuando la pareja llego a un pequeño claro, el caballo relincho de alegría pues en el extremo oriental del claro podía verse un pequeño riachuelo que cruzaba el lago. Eso significaba que podrían saciar su sed y tal vez pescar algo para la cena, la pareja se dejo llevar por el equino cerca del lago.
Era un lugar precioso el canto de los pájaros llenaba los pabellones auditivos de los peregrinos que llegaran a aquel lugar, la vida parecía detenerse en ese preciso instante, los árboles eran muy diferentes a los encontrados en el lugar donde estaba la cueva, de pinos, arbustos pequeños pasaron a fuertes pinos y robles…árboles que según los elfos eran los protectores de la vida. El lago era cristalino y puro y se podían vislumbrar a través de sus corrientes a las carpas que servirían de cena a los compañeros, las flores tapizaban el suelo del claro, desde las mas bellas, como son los jazmines, las violetas, desde las mas rudimentarias como lo son las margaritas, amapolas o los no me olvides, flores de un color morado que los elfas daban a sus amados cuando partían en una misión para su rey o se marchaban a algún lugar peligroso.
Dalamar se acerco a un árbol y recostó su espalda al tronco despacio se sentó y se quedo acariciando una de los no me olvides con las yemas de sus dedos, la muchacha retiro la silla de montar del lomo del caballo y le dejo cerca del lago para que reposara, Silvara se sentó cerca de Dalamar y se le quedo mirando.
¿Estas bien?- le pregunto la muchacha mientras esta olía un jazmín.
Ese fue el perfume que olí al llegar a tu biblioteca- dijo el semielfo señalando a la flor.
Si…-dijo la muchacha ruborizándose- me gusta el jazmín, uno de mis criados decía que es una flor que hace que nuestros sentidos se agudicen…
El semielfo miro a la muchacha- no creo que eso lo haga el jazmín…simplemente deja un buen olor….
Bueno… tal vez si o tal vez no…¿Cuánto queda para llegar a tu aldea?-pregunto
Mañana al amanecer habremos llegado, pero no esperes ser recibida cortésmente y entre fiestas, alegrías y buenas caras-le dijo el semielfo-yo mismo no volvería si no fuera por la situación tan acuciante en la que nos encontramos.
¿Por qué no quieres volver al hogar?
El hogar….yo nunca he tenido un hogar Silvara….jamás he sentido el calor de los brazos de alguien que me quiera, siempre he sabido que en mi casa no era deseado Silvara, …..por eso me marche,….
¿Por qué no eras querido que hiciste?
¿Yo?- en la cara del semielfo se dibujo una sonrisa- la pregunta es ¿Qué no fui?
¿Eres uno de esos elfos a los que destierran por haber cometido un crimen?-dijo poniéndose en pie- ¿Cómo se les llama?
Elfos oscuros, no Silvara, yo no cometí ningún crimen, bueno si al nacer le quieres llamar crimen….tal vez es como deban verme ellos como un elfo oscuro…
¿Nacer?¿un crimen? No lo entiendo Dalamar explícamelo por favor-dijo la muchacha volviéndose a sentar a su lado y esperando expectante la explicación de su compañero.
En una de las guerras que enfrento a elfos y humanos mi madre….bueno la druida Kira salio del lugar donde habitaba su clan a por una de las hierbas que necesitan los druidas para hacer una de sus famosas pociones. La mala suerte hizo que se cruzara con un grupo de humanos que abusaron de ella….no fue hasta días mas tarde cuando unos de los compañeros de mi madre la encontraron medio muerta en un claro del bosque….
Lo siento por ella….-dijo la muchacha.
Si…también pensé yo eso cuando tuve uso de razón, pero también pensé que yo no era un maldición,….¿porque me miraban así?¿porque no podía ser un niño mas?, de la lastima pase al odio y aceptaba las largas noche de guardias, las largas partidas a los bosques en soledad para pensar, agradecí el estar separado de mi madre y ella también, pues yo le recordaba a aquel día fatídico a ella y a todos los que me rodeaban.
¿Por eso te fuiste?-pregunto la muchacha que sentía que las lagrimas iban a inundar sus cuencas oculares.
Me fui porque no me sentía querido…me fui porque me di cuenta de que los elfos solo piensan en una cosa y esa cosa es….los elfos, no darían ayuda a un hombre que estuviera siendo perseguido por mil demonios, no ayudarían a un enano que estuviera luchando contra una legión de goblins….simplemente les dirían iros lo mas lejos posible de nuestro reino.
Pero los elfos eran los defensores del bien, la raza predilecta del dios del bien Paladine-dijo Silvara alzando la voz.
Lo eran….pero después de tantas guerras y desastres en los últimos años se han vuelto remisos a ayudar a nadie, echan la culpa a los seres del exterior de sus pueblos, de lo que pasa en el mundo… de todo lo malo claro.
¿Por qué se volvieron asi?- pregunto la muchacha.
Debemos de encender un buen fuego y preparar algo de cenar Silvara, no tardara en acerse de noche…
Ni se te ocurra levantarte, yo preparare el fuego…
¿Y quien pescara? ¿tu? – dijo el semielfo.
Si yo-dijo la muchacha cruzándose de brazos.
No es fácil pescar…
Si pesco para cenar me enseñaras a tirar con arco y si no….yo te enseñare a leer-dijo ella.
Trato echo, coloca la daga atada a una rama resistente así podrás pescar mas fácilmente-dijo el semielfo.
¿Me ayudas a ganar?-pregunto esta un poco intrigada.
Te ayudo a que no te mojes- dijo el semielfo estallando en carcajadas.
La muchacha cogio una pequeña piedra y se la lanzo al semielfo- te demostrare que no es así.
Poco a poco la muchacha fue trayendo pequeñas ramas secas y las fue colocando delante del semielfo para que este pudiera preparar la hoguera, esta estuvo ardiendo en poco tiempo, la muchacha se fue hacia el pequeño lago, donde a base de tirar y tirar la improvisada lanza consiguió pescar un par de carpas para la cena. El semielfo las limpio y atravesó con unas ramas largas para ponerlas cerca del fuego y que se tostaran.
He conseguido pescar la cena- dijo la muchacha sonriendo al semielfo- ahora deberás de enseñarme a tirar con el arco.
Jajaja- rió estrepitosamente el semielfo- cumpliré mi parte del traro.
Dalamar….
Si
¿Por qué los elfos no confían en nosotros?- la muchacha se negaba a creer que una raza que en los libros salía como buena, valiente y con honor fuera en realidad algo parecido a la mayoría de los humanos, arrogantes, interesados solo en si mismos y en pocas ocasiones valientes y puros de corazón.
Silvara….¿en tus libros no has leído nada de las famosas disputas y las famosas guerras de sangre?
No, no recuerdo haber leído nada de eso, cuéntame Dalamar, que separo a los elfos del mundo.
Hace siglos, los elfos eran la estirpe elegida por el dios del bien Paladine, eran todo lo que el había deseado de un hijo en la tierra, los humanos los elegidos por Gilean dios de la neutralidad y los ogros, antaño elfos corrompidos por los poderes oscuros eran los ogros…
Eso lo se, interrumpió la muchacha, los humanos son así porque aprovechan cada segundo de sus vidas, y les gusta elegir, pueden seguir a uno de los tres dioses…pero sigo sin entender…
Y no entenderás si no me dejas acabar- dijo el semielfo tirandola una pequeña piedra y sonriéndola.
Perdón…ya no interrumpiré mas…
Los elfos eran el mayor enemigo de la Reina de la Oscuridad y las batallas entre ogros y elfos eran brutales, morían a cientos tanto elfos como ogros, así que la Reina de la Oscuridad viendo que esas batallas no llevaban a ningún sitio ideo un plan.
La princesa elfa Barinada tubo que partir de la capital elfa en misión diplomática a visitar a sus primos, pues las relaciones entre la casa de Barinda y sus primos los Daroman no eran buenas y en esta guerra necesitarían la ayuda de todos los elfos. En mitad del camino una patrulla de caballeros humanos detuvo a la caravana de la princesa avisándoles de que mas adelante había rumores de que una banda de trolls atacaban a los viajantes dándoles muerte y robándoles.
Los caballeros dorados elfos no querían hacer caso a los humanos, pues ¿Qué sabrían unos seres tan insignificantes de los bosques? Lugares donde ellos residían, uno de los humanos Yrone marcho con los elfos en busca de un camino mas seguro, pues no todos los humanos son malos y no todos los elfos buenos, la noche atrapo a la pequeña caravana en un estrecho paso de montaña.
Yrone el carruaje no pasara por aquí- dijo uno de los elfos,
Deberemos de cruzar a caballo, después de este paso de montaña llegaremos cerca de la residencia y el carro no se moverá de aquí-dijo el humano.
La princesa jamás se dejara ver por unos ojos humanos-dijo el capitán de la guardia personal de la princesa.
En ese momento de la cima de las montañas comenzaron a llover flechas, con un penacho azul celeste que se clavaban en pechos de elfos y en patas de caballos, los equinos huían despavoridos llevando consigo a los jinetes elficos. Yrone se oculto dentro del carro con la princesa y el capitán de la guardia…este llevaba una flecha clavada en el pecho.
Infiel…desacato….herejía….-dicho esto de su boca salio un reguero de sangre y espiro su ultimo aliento.
Jurtorius, Jurtorius- dijo la princesa elfa, que llevaba su cuerpo cubierto de una fina cota de cuero y un velo que cubría su rostro…las orejas puntiagudas y los ojos almendraros eran lo único que el humano podía ver.
Debemos de partir alteza si no queréis caer prisionera-la cogio de la mano y la saco del carro y salieron disparados hacia la maleza.
La noche paso lenta para los dos, el uno vigilando que sus perseguidores no les atraparan, gracias a los dioses se había criado en aquel bosque con sus compañeros y la otra en no dejarse ver por unos ojos que no fueran almendrados. Los primeros rayos de Sol, Yrone se dejo caer al suelo exhausto, la muchacha elfa se quedo observando a su salvador, jamás hubiera pensado que un humano arriesgara su vida por ella.
Mi señora debéis de descansar no tardaremos mucho en ponernos en marcha- dijo Yrone.
El pelo moreno estaba empapado en sudor, sus ojos azules denotaban cansancio pero también sinceridad, su rostro no era diferente al de los elfos únicamente sus ojos eran circulares y no almendrados y sus orejas redondeadas y no puntiagudas, se acerco a el al ver que cerraba los ojos y acerco su mano lentamente a un colgante que le sobresalía del pecho, Yrone actuó mas rápido de lo que la chica hubiera supuesto saco una pequeña daga de su bota y se la coloco a la elfa en el cuello.
No toquéis eso-dijo el hombre a la vez que se ponía en pie-Entre los vuestros sois princesa y seguramente futura reina y se os trata dándoos todo lo que deseáis, este es el mundo real, es la vida….y no podéis ir cogiendo lo que es vuestro simplemente porque lo deseáis.- después de un rato de silencio el humano se puso en pie-¿Qué habéis hecho para empezar una guerra con vuestros primos?
Nada, jamás derramaríamos la sangre entre elfos eso solo lo hacen los…
Humanos-dijo el- pues creo que los cuerpos que están tendidos en el paso de montaña no son humanos. ¿A que ibais a Helios?
A forjar una alianza….necesitamos la ayuda de todos los elfos..pues los ogros nos vuelven a atacar-dijo ella.
No hay rastro de los ogros en muchas millas, únicamente hemos detectado a la banda de trolls y creedme que mis hermanos acabaran con ellos en breve.
¿Qué sois? ¿caballeros de Solamania pero en bosques?
Nos hacemos llamar montaraces…no solo los elfos quieren disfrutar de la naturaleza- dijo el humano.
Elfa y humano comenzaron a andar por el bosque, el humano la llevo a uno de sus asentamientos para que pudiera descansar, fue al atardecer de una bonita tarde de verano cuando la confianza de un humano echo a perder casi una nación de buenos hombres…
Llegaron al campamento llamado Galadon que en la antigua lengua se llama esperanza.
El poblado estaba compuesto casi en su mayor parte en madera todo casas, almacenes, establos, barracones,…todo en madera, a excepción claro esta de la forja que estaba construida en fuerte y resistente piedra…pues solo a un loco se le ocurrirá construir una forja con madera y las murallas que estaban levantadas en recia piedra al igual que la forja.
Al llegar a las puertas de la ciudad la elfa pudo ver unas defensas bien preparadas, en las almenas había arqueros, vestían una ligera armadura de cuero tachonado para hacer mas rápidos y ágiles sus movimientos, unos arcos largos iban de mano a mano como si esperasen algo y en su espalada un carcaj en el que guardaban flechas con penachos verdes. En la puerta había tres hombres de guardia, dos a los lados y uno el que parecía ser el jefe en el centro, no se diferenciaban casi en nada a los soldados de las almenas, llevaban armaduras de cuero tachonado, pero en lugar de arcos llevaban unas poderosas espadas colgando de sus cintos.
Yrone llego a la puerta con su capucha puesta y haciendo una reverencia pido paso a la fortaleza.
-Identificate- dijo uno de los soldados.
-¿He de identificarme en mi propia casa?- dijo quitándose la capucha y dejando que la luz de la tarde iluminara su rostro.
-He aquí al príncipe heredero Yrone- dijo la figura del centro, un capitán con mas de mil batallas, las cicatrices en sus brazos y cara lo hacían participe en ellas.
-Mi señor, sabemos lo del ataque…¿solamente vosotros habéis sobrevivido?
-Si Kalindor, solo nosotros, pero ella no es una simple elfa…es la princesa Barinada.
Los soldados se miraron los unos a los otros y lentamente agacharon la cabeza en señal de respeto- mi señora es un honor teneros aquí-dijo Kalindor- pondremos a su disposición a nuestras mejores doncellas.
Poco a poco la pareja acompañada de Kalindor fue adentrándose en Galadon, la princesa observaba con que perfección estaban colocadas las casas unas al lado de las otras, observo como de la cantina salían los hombres hablando animosamente entre ellos, a los niños jugar en la plaza de la ciudad, la mayoría a caballeros y dragones….como eran los humanos pensó la elfa, una vida tan corta pero tan bien aprovechada, se puede ver en ellos desde los mas maravillosos sentimientos como es el amor, la bondad, la valentía, el honor, ….hasta los mas despreciables como es el odio, la amargura, la venganza….pero todos vividos al cien por cien en su corta vida….
-¿Os pasa algo mi señora?- pregunto Yrone.
-No, no…-titubeo ella, pero su cabeza seguía dándole vueltas a lo mismo- ¿Por qué no una alianza de elfos y humanos para luchar contra enemigos comunes? ¿Por qué su pueblo veía eso como una afrenta contra el bien?
-Estáis cansada mi señora- la dijo Kalindor esa es la residencia de Yrone, dijo señalando una casa que había en el centro de la ciudad, sus paredes estaban bien trabajadas, la madera era lisa y no había ni una sola astilla, había un pequeño porche en desde el cual se divisaba la entrada a la ciudad y el bosque, en este porche había también una pequeña mecedora y al lado de esta una mesa donde había una vieja pipa y tabaco para esta, encima de la puerta un escudo muy antiguo en el que se podía ver dos cabezas de dragones una plateada y otra de color dorado y en el medio una gran torre.
-Bonito dibujo-dijo la princesa.
-Si….recuerda cuando mi gente contaba con la ayuda de monturas aladas….
-¿Y ahora no lo hacéis?
-Mi señora en el bosque seria imposible manejarse en un dragón….los árboles impiden toda maniobrabilidad.
-Es cierto….me habéis dicho que sois montaraces, pero no porque lo sois
-Os dije que no solo a los elfos os gusta la naturaleza.
-Pero si echáis de menos el montar en un dragón e de entender que no estáis aquí precisamente por gusto.
-Mi padre….no se fiaba de mi hermano mayor, pensaba que era demasiado ambicioso, que no sabría llevar el reino-dijo señalando la ciudad con sus manos- éramos caballeros de Solamnia, los dos veíamos el mundo de diferente manera…mi hermano creía que todo se podía ganar con la fuerza de un ejercito y yo pensaba que valían mas las vidas humanas que conseguir un objetivo rápido…que la estrategia y el honor podían evitar muchas perdidas innecesarias….mi padre era nuestro comandante y nosotros llevábamos un escuadrón de un millar de hombres cada uno.
-Una tarde nuestros objetivos eran dos poblados orcos decidimos dividirnos y atacar cada uno a uno, su ataque fue directo al principio el factor sorpresa los ayudo pero….al final cayeron mas de la mitad de los hombres, por el contrario mi ataque fue mas preparado unos servimos de cebo y los atrajimos hasta nuestra trampa donde cayeron sin dificultad casi sin ocasionarnos bajas.
-La noche del día siguiente mi padre nos reunió a los dos y nos dio la noticia de que Galadon estaría bajo mi protección desde aquel día, mi hermano monto en cólera y nos dejo jurando venganza, dejo la familia y la caballería….lo ultimo que se de el es que vive como mercenario en el sur. Estoy aquí por mi gente y por mi amor a esta tierra-volvió a señalar todo el terreno.
-Kaladon carraspero- mi señor creo que la dama necesita descansar no escuchar antiguas historias de su familia.
-Si, es cierto buen amigo, será mejor que entréis y descanséis ha sido un viaje difícil- haciendo una reverencia Yrone comenzó a caminar hacia la forja.
-¿El no descansara?-le pregunto la elfa a Kaladon.
-¿El descansar? Jajajaj-comenzó a reír, no creo que lo haga nunca.
La muchacha durmió casi un día entero tal era su agotamiento….al despertar salio a tomar algo de aire al pequeño porche, donde encontró a Yrone fumando de la pipa que había visto el día anterior. Su mirada se perdía en el bosque, y su cabeza se mecía al ritmo de los sauces, robles, pinos….ellos y su cuerpo eran uno.
-Mi señor-dijo la dama.
-¿Si?-al darse la vuelta el caballero vio a la dama elfa sin su velo y esa fue la peor herida que jamás recibió, un cabello rubio caía desde su cabeza a su cintura cual cascada, era rubio como el Sol, había dejado las ropas de viaje y se había puesto un vestido color crema que una de las mujeres del pueblo la había cedido amablemente, debajo de ese vestido se podía ver que era un mujer de cuerpo atractivo….pero lo que dejo sin aliento al regente de Galadon, fue la cara de la princesa, una belleza que igualaba a la de un ángel, una belleza irreal, solo sacada de un libro de fantasía y perfección y aquellos ojos almendrados…esos ojos que habían visto pasar tanto tiempo….mas tiempo del que Yrone vería jamás.
-La muchacha se sintió un poco incomoda y tosió- mi señor-dijo ruborizada.
-Yrone se levanto- mi señora debemos de partir de inmediato, vuestro pueblo esta siendo atacado por los ogros.
-¿No ayudareis?-pregunto la muchacha.
-Claro-dijo el sonriendo.
-Mil gracias-dijo la elfa y se lanzo a los brazos del hombre.
-El carraspeo-bueno…ellos también tienen que ver-dijo señalando a un ejercito que formaba delante de la cabaña.
-Del bonito color de la piel de la elfa se paso a un rojo oscuro oscuro en sus mejillas- gracias-susurro la elfa a los demás presentes.
8.- La batalla.
El ejercito de montaraces marcho hacia la capita elfa donde estaban bajo el asedio de ogros, al llegar alli el espectáculo era desolador, un numero ingente de ogros atacaba las murallas elfas que cada vez contaban con menos elfos que las defendieran.
-Yrone se puso delante de sus hombres- Amigos, se que nosotros no tenemos nada que ver en estas batallas entre elfos y ogros, pero si ellos caen, ¿Qué será de nosotros?¿que sera de todo por lo que hemos luchado?¿que será de este bosque? En manos de esos monstruos no tardaremos en perecer…y yo digo luchemos por lo que nuestro corazón ama de esta buena tierra, luchemos por nuestras familias, por nuestros hijos…que hereden un mundo mejor en el que los hombres y los elfos sean aliados, luchemos porque estos bosques prevalezcan y vean pasar muchas vidas humanas y elfas.
Un rugido salio al unísono de todas las gargantas allí presente y un contingente de no menos de dos mil soldados humanos se lanzo a la carga y a la protección del reino elfo, este contingente iba encabezado por Yrone y por una princesa elfa que empuñaba una magnifica espada solamnica. El choque contra los ogros fue brutal, cada soldado encontraba un oponente, en poco tiempo los gemidos, las maldiciones y los gritos de retos se hicieron dueños del ambiente, el olor a sudor, sangre y cuero mojado entraba en las fosas nasales de los participantes. Yrone con su espada y su antiguo escudo sembraba muerte y discordia por donde pasaba y una melena rubia lo seguía, los heridos después de la batalla dirían que habían sido salvados por un ángel y en el bando contrario dirían que un ser celestial había sido enviado por los dioses para salvar a los elfos.
La batalla duro desde el alba hasta el anochecer cuando los dos bandos se dieron una tregua, no había habido victoria por ninguno de los dos lados, habían caído exponentes del bien y del mal, Yrone y la princesa elfa descansaban apoyados en un fuerte roble, sus miradas se cruzaron y una sonrisa afloro a los labios de ambos, sus manos apoyadas en el tronco del roble se rozaron y sus dedos se cruzaron.
-¿Cómo en un ambiente así puede mi corazón latir tan rápido?- pensó Yrone.
-¿Soy una traidora por sentir algo hacia un humano?-pensó Barinada- No-se dijo así misma- siempre me han dicho que escuche a mi corazón que el me dicta los actos correctos.
-Mi señor-dijo uno de los montaraces- un mensajero de los elfos quiere entrevistarse con la princesa.
-Yrone soltó la mano de la muchacha y comenzó a andar hacia lo profundo del bosque, unas manos le agarraron el hombro- no estés muy lejos-le dijo la elfa besando su mejilla.
-Yrone asintió y se quedo parado cerca del roble- no me moveré de aquí.
La discusión con el elfo fue corta pero bastante airada, usaron el lenguaje elfico así que Yrone no entendió nada de la conversación, debería de esperar a que Barinada le contara lo que pasaba, pero no le gustaba nada de lo que estaba pasando si los elfos no se decidían a salir de su refugio a luchar sus hombres y el lo tendrían difícil….muy difícil.
-Yrone…mi padre ha decidido ayudar, pero a cambio pide que yo vuelva a la protección de las murallas elficas.
-El caballero asintió- creo que es lo mejor-dijo acariciándola su cabello rubio.
-Creo que he demostrado que se luchar ¿verdad?
-Claro que si pero…
-Pero nada, le he dicho al enviado que si no quiere prestarnos ayuda ya nos las apañaremos nosotros-y dicho esto se cruzo de brazos, esperando desafiante a la replica del humano.
-Este sonrió y se acerco a ella- se que diga lo que digas has tomado una decisión y no te are cambiar de idea ¿verdad?
-Cierto-dijo esta sonriendo y acercándose a el, una guerra fue la que unió a esa pareja y un beso cerca de un gran roble lo que selló su amor.
La batalla acabo en victoria humano-elfica, pues como todo buen padre el rey elfico entro en razón y mando a sus soldados cargar contra las filas enemigas, tuvo que ser un espectáculo digno de ver, las armaduras de cuero y las doradas de los elfos juntas, luchando por las mismas causas…el bien contra el mal.
Barinada e Yrone decidieron vivir juntos en Galadon no había nada ni nadie que impidiera ese amor y de ellos nació el primer semielfo de la historia, de dos héroes de la guerra contra los ogros, un semielfo querido por sus padres un niño que crecería junto a ellos y feliz., pero no es oro todo lo que reluce y fue entonces cuando se consumo la traición elfica, los elfos pactaron con el hermano mayor de Yrone, le dieron facilidades para entrar en Galadon y poder tomarlo como suyo si les devolvía a su pariente y a su hijo vivos y acababa con aquel hereje que había sido su hermano. Gilon que así se llamaba el hermano de Yrone acepto sin pensárselo dos veces pues, ansiaba el poder de dirigir Galadon.
Un sequito de elfos entro en la ciudad de Galadon con la excusa de ir a ver al pequeño semielfo llamado Lothar, algo raro que los elfos fueran encapuchados, hacia años que convivían en paz con los habitantes de Galdon ¿Por qué ahora ocultar sus rostros?
Al llegar delante de la casa de Yrone y Barinida los jinetes se bajaron del caballo y uno de ellos el que vestía de negro se acerco a Yrone.
-Saludos amigos-dijo Yrone.
-Saludos hermano-dijo el encapuchado y sacando una daga de su cinto se la arrojo al pecho, la daga atravesó tela, huesos y músculos, Yrone callo al suelo con la daga incrustada en el pecho.
-Barinida se lanzo al cuerpo de su marido llorando- no,no, tienes un hijo no puedes dejarnos así….-saco la daga del pecho de su marido y llena de rabia fue a por su cuñado, pero unas manos la agarraron.
-Baranida hija mía vamos a casa, aquí ya no pintas nada.
-Padre….tu eres el causante de esto-dijo señalando a su marido muerto.
-A si es hija mía, lo he hecho por tu bien
-¿Por mi bien?-dijo mirándole con los ojos lleno de odio-te odio-fue un grito que salio de lo mas hondo de su ser, un grito que dejo helados el corazón y el alma de todos los presentes.
-Enterrad a mi hermano-dijo el hombre oscuro a sus hombres- fue un buen rey, pero ahora llegaran mejores tiempos.
-A partir de hay pasaron sucesos trágicos para las dos razas, las guerras se sucedieron entre Gilon y sus descendientes contra los elfos del bosque, hasta que los humanos fueron expulsados del bosque, de esas guerras nací yo-dijo Dalmar- Barinida cayo en una depresión y no tardo en morir dejando a su hijo al cuidado de su abuelo y de su abuela…..la raza elfa comenzó a decaer en el momento en que uno de sus dirigentes pacto con mercenarios el fin de un rey humano justo.
-Silvara se quedo observando a Dalamar- nunca había escuchado ni leído esa historia, me parece muy triste lo que paso y muy mal lo que hizo el rey elfo.
-Bueno pero ahora ya nadie vive para recordarlo y yo creo que se deberían de volver a formar alianzas en mis viajes con el grupo de mercenarios escuche que el mal volvía a resurgir en el mundo, deberíamos de prepararnos.
-Silvara se tumbo cerca del semielfo y cerro los ojos- buenas noches Dalamar.
-Buenas noches Silvara, buenas noches, que descanses.
-Dalamar pensó en todo lo enseñado por sus instructores en la academia elfica, recordó lo que le decían a el y sus compañeros, decían que eran los elegidos de los dioses del bien, decían que Paladine los creo para que fueran los exponentes del bien en el mundo….¿pero que bien habían echo? Lo único fue aquella primera guerra de los dragones….después se habían ido cerrando en sus reinos y en su cultura, se habían vuelto xenófobos y racistas ¿exponentes del bien?
- Ja-dijo Dalamar- los elfos se han convertido en lo mismo que la raza humana, simplemente se preocupan de curar sus heridas y no dejar que los demás les inflijan heridas nuevas…un día se darán cuenta de que el mundo no gira a su alrededor si no que gira alrededor de todos los pobladores del mundo igual ya sean elfos, humanos, enanos, orcos, goblins….o demás razas del mundo que pisamos.
Dalamar poco a poco se fue dejando acunar por el sueño, sabia que tenia que descansar pues al amanecer se enfrentaría al pero de los desafíos la vuelta a un hogar donde no era en absoluto querido.
Comentarios de los pobladores
Escrito el 19/07/2006
La historia te está quedando chula. Se te pasa alguna tilde por ahí, aunque eso no puedo castigártelo tanto como para bajar nota. Por cierto, me gusta cómo va la historia desgranándose con puntos en capítulos.
Escrito el 20/07/2006
Escudero (394 PGS)
Aventurero Solitario
Si la historia va mejorando es gracias a vuestros consejos y a vuestra paciencia al seguir leyendo mi historia. Muchas gracias a todos los que la leeis y quiero aprovechar para dar la enorabuena a los creadores de esta pagina web.
Escrito el 20/07/2006
Buen relato, al menos en la forma que va tomando y desarrollándose los acontecimientos, y además felicidades al poblador por su modestia. Es bueno saber recibir críticas como las has recibido en tu primera parte, y ver cómo hay esfuerzo para ir limando esas asperezas e ir acercándose más y más a la perfección. Te he quitado un poco de nota por alguna falta (lo que ya no lo hace perfecto del todo), pero que eso no rompa la belleza de este relato: su historia es buena, muy bien organizada.
Escrito el 24/07/2006
Archimago (7193 PGS)
Golden Sword TM
Mensajes: 1754
Administrador
Una historia que crece en plenitud y en ritmo, muy bien. La relación entre ambos PJS, así como su entorno van entrando de forma armónica en la lectura, causando que uno "entre" en esa aventura. Logras incluso realizar el acabado dejando al lector con ansias de saber qué pasará cuando el elfo llegue a su ciudad como un "no deseado"...
(vigila alguna tilde... ;) )
Escrito el 26/07/2006
Damasto (5982 PGS)
Aventurero Solitario
Mensajes: 1164
Colaborador
Muy guapa la trilogía turok, te está quedando una descripción muy currada, con mucho movimiento en los personajes. Sigue así.
Escrito el 28/07/2006
Aprendiza (13 PGS)
Aventurero Solitario
He de decir q lo q importa en una historia no son las faltas de ortografia,si no lo q en ella se cuenta o se transmite.Y creo esta historia tiene enganchados a bastantes personas(mu apesar de las faltas)..No importa como se cuenta una historia,sino loq se cuenta
Por otro lado,felicidades por la historia,tienes bastante imaginacion(o inspiracion)sigue asi,espero la 4º entrega....SAPO(digo chapó)
Escrito el 16/08/2006
Coincido con Indiana, la historia es muy buena, capaz de crear esa atmósfera que tanto gusta y mantiene enganchado al monitor. Tampoco quiero decir que controlar algunas faltas debe pasarse por alto... digamos que la buena calidad la completa una buena idea bien contada, como ésta, pero que las faltas son la guinda que a todo pastel suculento le hace falta. por cierto... voy a por la cuarta entrega!!!
Escrito el 31/08/2006
Hidalgo (1101 PGS)
Aventurero Solitario
Consigues enganchar a la gente con tu largo relato en diversas entregas. Opino que sabes darle ese toque de intriga necesario para que el lector desee leer la siguiente entrega.
Escrito el 06/09/2006
Exploradora (1059 PGS)
Aventurero Solitario
La historia me gusta y está bien tratada, pero necesita más intriga, como dice Pagaegui.
Escrito el 26/11/2006
Vampiro plebeyo (2169 PGS)
Aventurero Solitario
joder q vicio de novela tio... llevo tres leidas hoy y siguiendo a por las siguientes....
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