Un importante coleccionista español, Enrique Taillefer, le encarga al amigo de Corso, Flavio La Ponte, la venta del manuscrito de El vino de Anjou, un bien muy preciado en todo el mundo. Para su sorpresa, se lo encuentra muerto nada más acudir a la cita, por lo que queda pendiente de comprobarse si el manuscrito es realmente o no el original de Alejandro Dumas.
Como caso paralelo, Varo Borja, un excéntrico coleccionista de libros, le ha encargado a Corso que encuentre las dos últimas copias del libro llamado de Las nueve puertas del reino de las sombras, un ejemplar legendario y tomado muy poco en serio por los literatos de la época, en cuyas páginas se presume que el protagonista es el diablo.
Ambos encargos, independientes a simple vista, confluirán hasta conformar un dúo simbiótico y relacionado entre sí, compartiendo las mismas pistas hasta poder dar con sus paraderos respectivos.
A lo largo del libro, Corso tendrá que dilucidar las relaciones que existen entre Los tres mosqueteros y el diablo, encontrándose durante sus andanzas con personajes literarios que solo se pensaba en su imaginación, tales a la seductora Milady, el peligroso Rochefort y la extraña aparición de Irene Adler.