Jimmy Starks tiene planes, grandes planes. Puede que ahora sean sus horas bajas, pero él es un vendedor con mucha labia, y tiene un plan infalible que le llevará a lo más alto: vender antiguas máquinas de discos (jukeboxes) restauradas por los bares de todo el país. La gente hará colas para soltar su dinero, ¿verdad? Jimmy está justo delante de un gran éxito, solamente le falta el apoyo financiero. Pero ahora que se encuentra enfilando el camino del éxito, las cosas empiezan a fallar…empezando por su coche.

Perdido en medio de ninguna parte, en una remota y desolada ciudad de Nuevo México, el mecánico le dice que no podrá ir a ningún sitio hasta que se solucione el problema de su coche. Jimmy se ve forzado a pasar un exilio en el limbo, y qué mejor manera de matar el tiempo que ir a ver a un adivino local (J.K. Simmons) que asegura que por tan sólo 10 dólares, Jimmy puede conocer su futuro. Tras soltar su dinero, las primeras preguntas de Jimmy son de índole práctica: ¿Se podrá arreglar finalmente su coche? ¿Ganarán los New Mexico Wolves su próximo partido? El viejo adivino le asegura que ambas preguntas son apuestas casi seguras.

Pero, como todo el mundo sabe, el jugador estrella de los New Mexico Wolves está en el banquillo, lesionado, y el equipo no tiene la más mínima posibilidad, así que Jimmy se va volviendo más escéptico respecto a las predicciones del viejo. De todas formas, ya que no tiene nada mejor que hacer, hace la pregunta que más le interesa, que es saber si su plan de vender las máquinas de discos tiene alguna probabilidad de obtener respaldo económico, a lo que el hombre responde "aaahh, eso requiere mirar más adentro." Parece que como la cabeza de Jimmy está tan llena de cosas, hará falta más dinero para poder mirar más profundo.

Jimmy es el típico que no cree en nadie más que en él mismo. En lo que a él respecta, él es el responsable de su propio destino y su futuro no está en las manos de nadie salvo en las suyas. No obstante, el experimento bien merece unos cuantos dólares más, así que dejando de lado su escepticismo, pone sobre la mesa un poco más de dinero. El visionario, ahora con una sinceridad grave, agarra la mano de Jimmy y dirige su mirada al vasto espacio interior. Percibe claras vibraciones positivas en cuanto a lo de la inversión para el negocio - algo le espera en Dallas.

Pero de repente, el misterioso viejo del pueblo, da un respingo y suelta la mano de Jimmy, como quien sostuviera un hierro candente. Sorprendido, Jimmy exige saber qué ocurre. Incluso ofrece más dinero, pero el viejo le devuelve sus billetes, diciendo que no hablará por mucho dinero que Jimmy le ofrezca. Jimmy se marcha extrañado, más convencido que nunca de que el numerito era un timo.