Aldo es un tipo de barrio, solitario e inquietante, que vive encerrado en una rutina cuya única emoción es tenerlo todo absolutamente controlado. Cada mañana se levanta a la misma hora para llegar a tiempo a su negocio, un servicio de auto lavado para coches; esperando así que nada altere su pequeño sistema de costumbres: controlar a sus empleados, controlar el gas, controlar su dieta, controlar a sus vecinos… Hasta que decide alquilar el apartamento que posee justo enfrente de su casa a la atractiva Andrea, una fotógrafa trotamundos, que está embarazada y no sabe y no le importa quien es el padre...