Jackie trabaja en el ayuntamiento de Glasgow donde observa las imágenes de las cámaras de vigilancia ubicadas estratégicamente por la ciudad. Se pasa el día mirando a gente por razones de seguridad, pero es una profesión un poco especial. Vive sola. Un día ve en uno de los monitores a un hombre al que creía no volver a ver nunca y no tarda en enterarse de que ha salido de la cárcel antes de tiempo por buena conducta.