Sí, es verdad lo que dices camus, pero eso si se lee con ojos o con mente de ir a leer una novela. Esto no es una novela, sino un libro de psicologíña y teologíña un poco, un tratado de humanidad en el que un gran pensador como fue Mao reflejó en sus citas y palabras. A mí me atrajo mucho, más que nada, el que te hacía pensar mucho cada cita que leías, por corta que fuera.

Este Mao fue el Bruce Lee oriental, un filólogo-psicólogo-teólogo que resumió con frases muy elocuentes y "que te hacen pensar", toda su visión de la vida.

Es empezar a leer sus moralejas, e ir comprendiendo la inmensidad de lo que un hombre es capaz de pensar...

Ni Bruce Lee ni rábanos. Este Mao para muchos fue un dictador, mientras que para otros un salvador. Todo depende del punto de vista desde el que se mire, y es que este señor vivió en grandes lujos, en unos palacios y con una servidumbre con la que uno se siente capaz de decir frases como las que dijo aquí. Sí, se que también se resumen parte de sus discursos públicos, pero seamos serios: ¿de verdad pensais que los dirigentes -hoy en día- se preparan ellos mismos sus discursos? Siempre tienen especialistas de dialéctica, psicología y medios públicos para que le aconsejen y escriban hasta los puntos.

Mao fue un dirigente más, pero lo fue de una nación que tiende mucho a divinizar a sus protectores de la patria, dándoles descendencias divinas por orden divina, y conferiéndoles una inmortalidad en alguna parte, como en sus palabras "santas".

Sí, muchas de las frases recogidas en este libro son interesantes de analizar, pero en su mayoría no dicen mucho más que "Si eres buena persona, recogerás buenas cosecha de lo que cultives, y si no, cogerás solo frutas marchitas." Pobre Mao... si supiera que hoy en día no siempre es así...