Los ojos de un nigromante
Texto incluido en el Necronomicom de Al-Asif y atribuido a la persona de Arkhan el Negro, lugarteniente del Gran Nigromante Nagash.
Mis ojos lloran.
Hace décadas que mis ojos no dejaban caer lágrimas por nada ni por nadie. Pero las escenas que he sido obligado a presenciar son demasiado crueles para ser ignoradas por mi maltrecha alma.
Los ilustres personajes que tengo ante mí lucen expresiones de incredulidad. ¿Cómo puede alguien como yo, alguien tan vil y malvado llorar por nada? ¿Acaso alguien así ha llorado por las muertes que ha causado? ¿Ha llorado alguien así por el mal que ha sembrado? ¿Ha llorado alguien así alguna vez en su vida? No pueden comprender. He acabado con las vidas de cientos, es cierto. He cometido actos innombrables ante indescriptibles demonios de malvad infinita. Pero, incluso para mi sorpresa, mi corazón aún es capaz de amar.
Amo esta ciudad. Con sus ricas calles llenas de adornos dorados en honor a los dioses. En los días de mercado, aún con la supuesta maldad de las que se me acusa, la plaza del templo a Nehek se llenaba de comerciantes y mercaderes, de ladronzuelos, pillos, timadores. En centésimo día desde el equinoccio de verano las procesiones a Yahká, diosa de la vida y la fertilidad, invadían las calles de la cuidad de mujeres fértiles y vírgenes, sacerdotisas novicias de la diosa, para ser sembradas por todo varón que encontraran. Los niños nacidos de esta festividad se convertían en sacerdotes de Nehek, señor del mundo de los muertos. Y era acertado, puesto que de la vida nace muerte, y los nacidos de la diosa de la vida, deben venerar al dios de la muerte.
Pero eso ya no ocurrirá más.
Los reinos de Nehekhara se han unido para destruir esta cuidad. Para desterrar el mal que aquí habita. Han reunido sus ejércitos y han masacrado la cuidad. Han matado a los soldados, a los viejos y a los niños. Las mujeres han sufrido la misma suerte, excepto las pobres desdichadas que poseían juventud y alguna belleza, puesto que antes de morir han sido violadas. Los templos a los dioses han sido profanados, y los ricos ornamentos de las calles, destruidos. Ninguna estatua del Rey Narga observa con mirada tranquila el pasar de los siglos, y ninguna fuente en la calle del templo a Nehek puede ya saciar la sed de nadie.
Advertí a mi señor hace años, que este día llegaría. Y le advertí severamente, pero desde los días en que él era el Joven Príncipe, y yo su Hermano de Juegos, no hizo caso de mis advertencias.
No. Eso no es del todo cierto. Siempre que podía me consultaba asuntos de gravedad e importancia, puesto que desde que jugábamos ambos en los jardines del palacio, ha sabido que poseo la Visión. Ya desde entonces le advertía de los peligros de sus acciones, puesto que veía en el mar del tiempo lo que había de suceder. Y cambiaba sus planes, aunque no su propósito, y siempre se salía con la suya.¡Ah! ¡Tierna infancia! Cuanto hecho de menos aquellos días en que nuestra mayor preocupación era que la niñera no nos encontrara cometiendo las inocentes fechorías de dos niños aburridos. Saqueábamos las cocinas y comíamos dulces, espiábamos a las concubinas del Rey para enterarnos de los chismes de palacio y confundíamos a los sacerdotes con preguntas especialmente pensadas para confundir.
Pero en algún momento mi señor cambió. Creo que fue cuando nuestra niñera, que Nehek la guíe en el Otro Lado, murió de enfermedad. Aquel día confundió mucho a los tutores y los sacerdotes con preguntas que ningún niño debería hacer ¿Por qué morimos? ¿Cómo es que los dioses permiten todo este sufrimiento? ¿Por que debería morir nadie? ¿Por que debe haber dos mundos, uno para los vivos y otro para los muertos? ¿Acaso no pueden vivir los dos en el mismo? Ese día fue castigado por ofender a los dioses. Creo que fue ese día, cuando empezó a cambiar.
Ahora nos acercamos a los peldaños del templo a Nehek. ¡Oh! ¡Gran Templo! ¡Cómo han sufrido tus paredes en manos de estos bárbaros que se hacen llamar reyes! Las majestuosas estatuas de tus sirvientes del Otro Lado han sido derribadas. El mármol negro que guardaba la oscuridad de tus estancias ha sido saqueado, y solo quedan las piedras grises ¡Pero aún y así conservas parte de tu majestad! ¡Grande es el templo a Nehek y grande el poder de Nehek!
¡Ah! En los escalones de piedra desnuda me espera uno de los libertadores de Khemri. El capitán de sus fuerzas y el hombre a que todo soldado seguiría incluso al mismísimo corazón del Otro Lado. Espera nervioso y tiene la esperanza de acabar rápidamente y huir de esta cuidad oscura ¿Acaso te remuerde la culpa, orgulloso general? ¿Acaso puedes ver en tus obras la terrible desgracia que te has ocasionado a ti mismo? ¡Te conozco! ¡Sé quién eres! ¡Eres Abhorash! Y también conozco tu destino Orgulloso Capitán. Conozco lo que serás, y te conozco en la fuerza y la gloria que aún no has alcanzado. ¿Acaso es posible que sientas un retazo de lo que yo he visto una y mil veces en mis visiones, Valiente Capitán? ¿O es acaso la Gran Pirámide, que miras una y otra vez de reojo, lo que te incomoda?
Crees saber muchas cosas, Abhorash, pero no eres más que un niño asustado por la grandeza de sus mayores. Has visto muchas cosas como soldado, pero no en realidad nunca has salido del desierto en el que te has criado. Por eso te parece tan imponente la Gran Pirámide de Khemri. ¡Pronto! ¡Muy pronto sentirás verdadero pavor ante la obra de mi señor y su gran fortaleza en la Montaña Partida! Por que habéis vencido a mi señor, y sé que sufrirá Nueve veces grandes derrotas. Y esta no será la mayor de todas, sino más bien la menor. Pero yo sé ¡SÉ! Que al final, cuando la estrella del carro de Hotek se apague y los vientos del Caos mueran sin almas de las que alimentarse, mi señor se alzará de nuevo, y reinará sobre el mundo y las estrellas.
Piensa en esto mientras me miras con desprecio, Grandiosos General. Tú serás uno de sus sirvientes, puesto que mi amo no está muerto, ni lo estará eternamente, y en el final de los tiempos, la muerte morirá.
¡Ah! Te alegras de que entremos en el sagrado templo de Nehek. Es algo que te parece más conocido y menos siniestro que la pirámide construida por el genio de mi señor y por la sangre de los esclavos. ¿Es eso un crimen a tus ojos, Noble Soldado? ¿Es algo contrario a tu embellecida alma, Gran Matador de Enemigos? Quizás deberías preguntarte cuantos morirán en la construcción del templo que se edificará en honor a tu señora. Y cuantos morirán para saciar tu propia hambre. ¡Oh! ¡Todos merecerán la muerte, Gran Salvador! Es cierto. Pero...¿Acaso no la merecemos todos? ¿Acaso no morimos todos tarde o temprano?
La cálida y cariñosa oscuridad del templo me envuelve. Y es una oscuridad benigna, Gran Líder de Hombres. Los gritos de tu alma se dejarían oír en las dunas del desierto si la luz te dejara ver los guardianes del templo. No os han atacado por una sola razón, aún no es tiempo de que muráis. Los guardianes, como el mismo Nehek, son imparciales e inconmovibles. Pero aún no ha llegado tu hora, Señor de la Espada. Ni te llegará pronto.
Pero ahora te preocupa más la mujer que nos espera más adelante ¿No es cierto Señor de la Guerra? Si, puedo leer en tus ojos el amor no correspondido que profesas a tu señora. Ese amor será tu perdición, Abhorash. Y tu salvación.
Pero la prisa te corroe y mis viejos huesos ya están frente a las nobles e ilustres personas que han traído la perdición sobre Khemri en nombre del bien y la moral. Cuan hipócritas son Abhorash. No es tu caso, por supuesto, no me malinterpretes, tú solo pecas de inocencia. ¿Crees que tu señora perseguía la moral? ¿Crees que de verdad se horroriza ante la majestuosidad de la Gran Pirámide? ¡Pobre infeliz! Tu reina y amada no ha venido para traer la paz, sino para llevarse consigo el gran poder que encierra esta ciudad.
El dolor lacera mi maltrecho cuerpo. Con la brutalidad amable del soldado, mi guardián, el Gran Soldado, ha echado su alta moral a un lado, para lanzarme contra el suelo. ¡Ah! Ahora me encuentro ante ti, Gran Reina. Tienes a mi persona de rodillas ante ti. ¿Te siente poderosa, señora de Lahmia? Aún no sabes que es el poder. Pero lo sabrás ¿No es cierto? Ya casi lo saboreas. Pero no será el poder que tú esperas, Bella Reina.
Te has traído a tu sequito desde Lahmia, Reina de Plata. El Gran Sacerdote de Slartia, Señora de la noche y Reina de la Luna. El gran y sabio Wsoran. Pronto podrás adorar a tu diosa continuamente, Gran Wsoran, puesto que no verás por más tiempo la luz del Sol. Ninguna de tus pócimas ni tus ungüentos podrán salvarte, Gran Wsoran. Podrás anotar en grandes libros el camino que recorre tu diosa por el firmamento, y podrás dibujar el camino de las estrellas en grandes mapas. Pero al final, como todos vosotros, serviréis a mi señor.
Pero no has venido sola ¿no es cierto Gran Reina? Lo hubieras preferido, pero los demás reyes de Nehekhara no se fiaban de ti. Han enviado a algunos de los suyos ¿verdad?
Que majestuoso pareces ahora Bladda Carastian. ¿Acaso los señores de Ionn te han enviado para vigilar a la intrigante Reina? ¿Esperan poder doblegarla con tu imponente presencia? Nada podrá doblegar el propósito que os ha reunido aquí, noble de Ionn. Y pronto irás a Lahmia como embajador. Y eso será la perdición de tu estirpe. Lo sé. Lo he visto.
Y también está el enviado de Llamada. Otro gran general y poderoso soldado. Ushoran el de las máscaras. ¿Acaso los nómadas del desierto tampoco se fían de la Gran Reina? ¿Han enviado a su más taimado y feroz asesino para asustarla con tu poder? Nada asusta a la Gran Reina, Señor de las Mascaras.
¿Dónde están los dos que faltan Gran Reina?
¿Dónde está el que será el Guerrero del Norte? ¿Dónde está el que volverá desde el amanecer de la tierra? ¿Los has dejado en casa? ¿Barriendo y fregando tus estancias? ¿O defendiendo tu reino, puesto que todas tus fuerzas están en esta ciudad?
Puedo ver la impaciencia en tus ojos Reina de Lahmia. Pero no sabes que puedo ver el futuro que me espera. No sabes lo que yo se, pues si lo supieras, no perseguirías tu propósito. Envidias a mi señor. Quieres el poder que él tiene y la larga vida que posee. Quieres que tu juventud sea eterna ¡Sea! Pero esa juventud será tu maldición. Te llamarán Reina Eterna, pero reinarás en la noche y la oscuridad cubrirá tu rostro sin que nade admire la belleza de tus ojos o la sensualidad de tu cuerpo.
Me preguntarás donde está mi maestro. Y no te lo diré.
Me preguntarás donde están los libros malditos que recogen su gran obra. Y no te lo diré, aunque tu Gran Soldado y Noble Capitán, ya los ha encontrado. Esta misma noche acudirá a tu lecho, y te amará a cambio de los libros. Venderás tu cuerpo, como pago por tus sueños de grandeza. Y los tendrás, Gran Reina, pero no de la forma que tú deseas.
Y yo moriré y perderé mi visión con la muerte. Pero un día, cuando seas esclava de mi señor, cuando mi señor vuelva a pisar estas tierras, él me volverá a llamar de entre los muertos. Entonces nos volveremos a ver, Gran Reina, pero tú serás la Reina de Plata y Esclava del Nigromante, mientras que yo todavía seré su Ar-kaan, su hermano de juegos. Y así seré llamado entre los mortales, Arkhan el de Corazón negro.
Así pues Reina, te digo que nos volveremos a ver.
Comentarios de los pobladores
Escrito el 04/10/2005
Maga (1848 PGS)
Los Proscritos de Enthrel
ke bonito rune! a veces incluso da hasta miedo. escribes muy bien, eres uno de mis preferidos.
Escrito el 04/10/2005
Eres un artista con la pluma rune... solo puedo aplaudir un trabajo bien hecho. Soberbio colega.
Escrito el 05/10/2005
Vampiro plebeyo (2545 PGS)
Aventurero Solitario
bonito, muy bonito, y hasta los mas malos y despiadados tienen alma, son humanos, y que por muy malo que seas, siempre hay un lugar para el arrepentimiento, aunque ya sea muy tarde
Escrito el 06/10/2005
Archimago (7193 PGS)
Golden Sword TM
Mensajes: 1754
Administrador
Perfecto rune, un trabajo muy cuidado y bien estructurado, con unas descripciones muy precisas (aunque algo escuetas a veces), y unas conversaciones muy introductorias.
Da gusto leer relatos de este calibre.
Escrito el 06/10/2005
Damasto (5982 PGS)
Aventurero Solitario
Mensajes: 1164
Colaborador
La calidad es la calidad.... y tu rune te ahogas en ella. Un relato clavado, perfecto. Tú debes dedicarte a la escritura, sin lugar a dudas,.
Escrito el 06/10/2005
Maga (1760 PGS)
Aventurero Solitario
Me uno a los demás, sencillamente genial
Escrito el 07/10/2005
Rosacruz (1779 PGS)
Los Proscritos de Enthrel
Me recuerda mucho a la historia del Prince of Persia jejejeje. Brillante rune.
Escrito el 10/10/2005
Aprendiz (101 PGS)
Aventurero Solitario
esta guapo el tema
Escrito el 10/10/2005
Si te buscara un 'pero', sería un desconsiderado.. sensacional runa, tanto el tema como la redacción.
Escrito el 13/10/2005
Que bonito rune!!! Es magia todo lo que tocas!
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